Mi viaje de regreso... de Huancayo a Lima.
(Testimonio de Liliana Loayza sobre su accidentado viaje con los estragos en la carretera central tras el terremoto)
Afortunadamente me regresé en auto con un gran conductor que además de positivo, paciente, fue muy chistoso y así nuestro viaje se hizo menos pesado. Salimos de Huancayo a las 5.30 am, me encantó el primer tramo del viaje ya que venía escuchando música y conversando con José sobre el lamentable terremoto, sobre el TLC, sobre política, sobre los Apus, los mukis de las minas, sobre mi profesión y lo que me gustaba hacer, además me explicaba el significado de algunas palabras quechuas ya que le conté que me gustaría aprender quechua. Cuando llegamos a Morococha me dijo que significaba "Agua de Colores" y lo contradictorio que era que se llame así ya que las pocas lagunas que había estaban contaminadas , además me contó estaban abriendo otra mina de tajo abierto en este lugar.
José me contaba su sorpresa ante el hecho de que el pueblo de la Oroya haya apoyado a las mineras ya que la contaminación por plomo es increíble, no sabe cómo pueden sus cuerpos seguir resistiendo pero me dijo que significaba ingreso económico para el pueblo lo cual les permite subsistir y entonces eligen apoyar a la mina. Después de la travesía y los consejos José es un amigo más.
Mientras conversábamos Misha ( mi mamá) descansaba y soñaba para limpiar los sustos del terremoto del día anterior. El primer tramo estuvo limpio y no pasaba ningún bus, ningún camión, sólo algunos autos que le decían al nuestro con señas que podía pasar y seguir con el viaje.
El congestionamiento empezó en San Mateo, así que decidimos ir por la antigua carretera central que es de tierra y piedras, la cual debería estar en mejores condiciones y se mantenga como una vía alterna ante cualquier problema como el pasado terremoto. Luego esta carretera también se bloqueó y cruzando un estrecho puente entramos a la actual carretera central. La gente nos decía que era imposible pasar pero seguimos y nos encontramos con otros autos, así que nuestro mago conductor pudo encontrar espacios por donde pasar.
Eran casi 30 kilómetros lleno camiones, buses y gente caminando para poder llegar a Lima ya que la mayoría de ellos se encontraban desde el miércoles 15 en la noche. Camiones que iban a Huancayo llevando pescado que por el fuerte sol ya estaban podridos, había otros transportes llevando combustible (Peligro), alimentos, cerveza, gaseosas y también estaban las personas caminando para avanzar y hacer transbordo. Muchas personas tiraban los residuos y sobre todo cáscaras de mandarina a la pista, así que ya se imaginan cómo estaba y cómo quedó la carretera: llena de basura.
Fue lamentable también que las labores para limpiar el camino y ordenar el tránsito hayan sido mínimas ya que eran poquísimos los policías , creo que en total vi 10 (exagerando). Los únicos que podían avanzar eran los autos por ser pequeños, haciendo maniobras y también causando más desorden ( admito estar en uno de esos autos y la imprudencia de regresar a Lima en esas condiciones ). Era peligroso quedarse en la carretera también porque ante cualquier réplica las piedras podían volver a caer. En la foto se ve el punto que fue el motivo del bloqueo, y al pasar las piedras seguían cayendo...
Llegamos a Lima a las 4.30.
Liliana.
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